A todos aquellos que me siguen por aquí, y a todos aquellos que hoy, están pasando por aquí… No me queda otra que…
¡Daros un feliz año 2015 y una feliz entrada de año!
Un año cargado de emociones y sensaciones, de nuevas vivencias, de experiencia y de situaciones de todo tipo.
Un año 2014 que ha dado como siempre, una de cal y otra de arena. Un año 2014 que me ha ofrecido sobretodo experiencia y aprendizaje, un año que, para todos los que nos encontramos por aquí, por desgracia, ya ha pasado.
Ahora, estrenamos un 2015, un bonito número, un número cargado, como todo principio de año, de buenas expectativas, de buenas sensaciones y sobretodo cargado de todo lo mejor que nos pueda deparar un año.
Es posible que como todos los anteriores nos ofrezca un poco de todo pero, ¿qué sería de nosotros si no aprendiéramos de todas las asignaturas posibles? Iríamos flojos en alguna de ellas y por consiguiente… ¡No seríamos tan buenos ni tan inteligentes y perfectos como somos! (¡guiño guiño!)
Pero bueno, dejemos de banda sinsentidos y hablemos de lo que se tiene que hablar un día tan indicado como hoy:
Espero que todo lo bueno que esté por llegar venga este año para todos nosotros y si no fuera el caso, simplemente espero que vengan más detalles buenos que malos en unos 365 días que tendrán un protagonismo importantísimo para todos nosotros (espero que para mí, este año me aporte algo diferente, lo espero con muchas ganas)…
Así pues, solamente queda deciros que saboreéis de la mejor manera todos y cada uno de los días que van a componer 2015, pues nunca sabemos qué nos puede deparar el futuro.
Un abrazo enorme para todos compañeros, y recordad portaros bien en esta entrada de año, ¡que luego empezamos con mal pie!