Frases inútiles

  • La vida es un viaje de ida. Nunca habrá vuelta atrás. Podrás intentar regresar pero lo único que encontrarás como máximo serán caminos de ida más sencillos.
  • No hay sol que ilumine. El sol se apagó hará miles de años, ¿cómo es que seguimos creyendo que existe? La esperanza no es más que una manera de sobrevivir, lo que no sabemos es que la realidad es una vida iluminada por farolas y linternas.
  • Escribir no es más que la manifestación inesperada de mis sentiminetos. No esperes que te deje nada claro, pues el principal problema es la ineptitud de mis sentimientos. Me encantaría que pudieras comprenderme, pero esperar eso es esperar que me toque la lotería, es decir, imposible.
  • Quiero dejar de sentir miedo para poder enfrentarme a mis peores pesadilles. Quiero aprender a sobrevivir y a entender lo que es estar en un mundo complicado de la mejor manera posible, pues cuando la máquin a llega a su última parada todo acaba, o almenos, eso es todo lo que sabemos.
  • No hay peor castigo que «el sentirse solo», pero no hay mayor recompensa recomponiéndose. A veces llegas a un punto en el que ves que toda tu vida es una farsa o ha sido una mentira, y es ahora cuando te das cuenta que todo debe empezar de nuevo, que por mucho que cueste se debe intentar y no por ello tenemos que pensar que esa era la única vida que teníamos.
  • Me siento con fuerzas suficientes pero me faltan los alicientes para recomponerme.

¿Podría existir un día en el que todo fuera un sueño?

Abrir los ojos cada mañana con la persona que quieres a tu lado, que te pregunte qué tal pasaste la noche y qué tal dormiste dándote, mientras explicas tu noche, un dulce y tierno beso que saborearás hasta la noche.

Recordar el día anterior, perfecto como nunca. Ver el día que acaba de empezar mejor que el de ayer, y ver mientras como por la ventana se cuelan los primeros rayos de sol, y como mis pequeños ojitos se van abriendo poco a poco.

Poder ver cómo me miras, el deseo, el acompañamiento de un gran abrazo y un pequeño pero bonito beso en el cuello. Una respiración profunda en él, y un escalofrío recorriéndome el cuerpo.

Cuerpos entrecruzados, perezosos para levantarse, aprovechando los minutos que quedan antes de que vuelva a sonar la segunda alarma del despertador.

Quererse, discutir, pelear, besarse, enfadarse, mirarse, distraerse, escuchar, hablar, sentir, oler, compartir, hablarse sin palabras…

Palabras, palabras, y más palabras… ¿Qué sentido tiene escribirlas? Ninguno.

Sentirlas. Sentirlas cada día desde que te levantas hasta que te acuestas, saborear el primer beso y el último, abrazarte como si del último día de mi vida se tratara, mirarte y no cansarme nunca de observarte, de ver como sonríes, acariciarte, relajarte…

Levantarme cada día sabiendo que vas a estar a mi lado, que me vas a apoyar en lo que necesite y me vas a dar aquello que más deseo. Que todo quede relleno de ti, que no haya espacio para confusiones, dudas, complicaciones… Que todo lo que me rodea sea fácil de entender… Que me hagas ver aquello que más necesito.

Cuidar de mí, depender de ti en todo, crecer, ver pasar los años contigo, ver salir el sol, mirar las estrellas, hablar de todo y nada, tumbarnos en la hierba, jugar a conocernos más, jugar a disfrutar…

Reír, y no dejar de hacerlo, ver todos los días claros y despejados aunque llueva.

Ver que nada es imposible y ver con claridad que todo es más perfecto que ayer cuando me fui a dormir con tu último beso, mientras me abrazabas y un rato más tarde, acababas cerrando los ojos para…

Soñar.

Si realmente todo esto fuera un sueño, ¿haría falta soñar?

Para mí, ya no sería necesario.

Daría 50 años de mi vida para que el resto de los pocos años que me quedaran fueran como mi sueño.

Autor: deWhati.

La vida sin un pez

Hoy es el día de hacer las maletas. He tenido un sueño muy extraño: soñaba que me iba de casa. Así pues, después de un largo desayuno he empezado a empaquetar mi vida.

Actualmente, vivo con mi madre, mi padre, mi novia, mi hermana, mi cuñado, el perro, el gato, el periquito y el pez naranja de los cojones. Duermo en una cama de 1 metro cuadrado, cada día que me levanto tengo que sacar al perro, aguantar los maullidos del gato y dar de comer al maldito pez naranja de los cojones.

No quería insistir mucho en ello, pero lo voy a hacer. He soñado con el pez naranja de los cojones y es por eso que me voy de casa sin despedirme de él.

Espero que cuando se haga mayor lo entienda.

Autor: deWhati.

Hoy por ti

Porque te lo mereces todo.

Porque eres lo más importante que tengo.

Porque no hay día que no viva sin ti.

Porque no hay momento en el que no piense en ti.

Porque no hay día (ni noche) sin ti.

Porque si no te tuviera nada sería igual.

Porque haces que lo que me rodea sea diferente.

Porque llenas lo que me falta.

Porque me has robado el corazón.

Porque me gusta todo lo bueno y lo malo que tienes.

Porque me encanta tratarte como una reina.

Porque me encanta hacerte sonreír.

Porque quiero hacerte feliz, quiero hacerte sonreír, quiero sacarte todo el amor para mí.

Porque a pesar de que el tiempo pase, no cambia todo lo que siento por ti.

Porque a pesar de “mis malos despertares” tú estás ahí, y intentas que no existan para mí.

Porque quiero estar ahí siempre, en el mismo lugar en el que te encuentres tú.

Porque eres mi otra mitad.

Porque no quiero perderte jamás.

Porque me encantan tus besos.

Porque tus abrazos curan lo imposible.

Y, por lo más importante de todo,

Porque te quiero.

Autor: deWhati.

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